Docto en honores, era capaz de engañarse solo,
enaltecer en su escala y a fuerza de hábito ser feliz abrazando un yugo.
Automatizado desde la madrugada sin presente alternativo. Su estado neutral y
simple era evidente aún en la distancia. Quien, dentro de su entusiasmo por
encontrar un amo, no considero ser itinerante, un amor disfrazado, soluble, sonámbulo,
traslucido y sentenciado.
Comentarios