
Aguijoneados
por la curiosidad, desde una lectura propia y con un testimonio privilegiado,
admito, eres un retrato complicado. La imagen pública que proyectas con
discípulos que fundan escuelas bajo títulos reaccionarios, es muestra de la
vida afectiva que corre vertiginosamente hacia ninguna parte. Y aunque destaca
entre tus virtudes la de improvisar, la respiración atenuada muere en cada
suspiro que grita mi nombre, aunque seas tú, el de la notoriedad. Según pasa el
tiempo, la sombra sometida en la que me conviertes, advierte que tu claro
oscuro, no es casualidad.
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