Domingo


Domingo. Mi sentido de la responsabilidad me despierta a las 2:30am, decido salir de la cama 30 minutos después. Acomodo trastes en lo que se calienta el agua del café. Prendo la computadora y reinicio los documentos pendientes. Me gusta trabajar de madrugada por el silencio y mi mente fresca. Me miro al espejo y amo mi cabello, he descubierto cremas para que se vean definidos mis rizos, pienso que fui una estúpida cuando compre una plancha para pelo, si así es hermoso.


Ya no tengo ansiedad solo de pronto lloro sin excusa y me cuesta sonreír. Es difícil cuando ando de #blogger alrededor de infuencer. A veces regresa, cual marea, mi ánimo sarcástico y me burlo de mí. La semana pasada confundí el sismo con el efecto de dos mimosas. Sí, mi vida es muy rara: un día estoy en juzgados y otro desayunando en un hotel de lujo de Polanco.

Mi próximo cumple me tiene sensible: 42, Sí, 43. Comenzaron los comentarios de amigas sobre la "menopausia", meno... qué? ¿De qué me hablan? ¿No la vida comienza a los 40? Así, en la semana cuando un accidente hizo ensuciar mi ropa y más de 3 mujeres me "asustaron" en la calle con el "estas manchada". Dije sí, ya lo sé, significa que todavía soy joven y seguí de largo.

Para contrastar los síntomas pre-cumpleaños me asigne la tarea de en listar logros y pendientes. Pesé a todo, amo ser yo y disfruto mi compañía, así que no es raro andar sola por las calles o entrar a una cafetería cuando tengo tiempo, solo para conocer. Así mi domingo, que hoy toca cocinar, lavar ropa y preparar las combinaciones de ropa para la semana.

Los días suceden con mucha prisa, a veces, sólo a veces quisiera no tener que hacer NADA, pero las vacaciones de juzgados serán hasta diciembre, que sigan las olas y la marea.


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