Amo cuando la ciudad es sólo para mí, con mis espacios, mis sonidos y mis recuerdos; saberte lejos, me da paz.
No
me gustan las sorpresas ni las causalidades, de hecho, las odio.
Soy
demasiado controladora con mis sentimientos y emociones, y me gusta el grado de
certeza que tengo al saberte un fantasma.
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