Día 36: Sueños salvajes


Soy ambiciosa. Lo digo como una descripción sin rubor, sin sentir la necesidad de disculparme. Me gusta pensar a lo grande y eso no siempre es bien visto, aunque no lo digan, te aíslan, te excluyen. Te observan y se limita a observar para buscar una imperfección y enfatizarla, como si hacer visibles mis errores las hiciera menos mediocres.


Pero no me frustro por pequeñeces ni ejercito mi sonrisa para agradar atrapada en la opinión de los otros, ni me compro el papel de víctima para arruinar las cosas; reconozco antes fui una constipada emocional que pretendió cumplir con la avalancha de mensajes sobre la perfección y el orden, pero un día me cansé.

Soy una mujer libre y soñadora con sueños salvajes. Soy la que no espera, la se presenta sola, la que toca puertas, la que taclea por una entrevista, la que llama por una sede, la que no duerme sábados y domingos por un objetivo. La que vive día a día y se siente orgullosa de su biografía. La que se equivoca, la que triunfa, la que ama.

No tengo tiempo para llorar por el desamor, ni por las huellas de abandono o por suposiciones y menos para pensar en no herir egos anoréxicos. No tengo tiempo para un nosotros frágil, ni para lazos lánguidos o torpes aunque tenga que hacerlo sola.
Sí, el precio de ser ambiciosa es alto, muy alto.
Podría decir que ser ambiciosa se acompaña de soledad.
Porque esperan que seas modosa, que esperes el momento para hablar, para levantarte de la mesa, para dar tu opinión y yo, simplemente fluyo y dejo que las ideas surjan sin anestesia, aunque duelan; porque tener pequeñas felicidades cuando puedas aspirar a más, es mediocre, y no sé ser de otra forma.
Ser emprendedora es estar sola muchas veces. Tener un grupo cerrado con el que compartes los éxitos y las derrotas, sabiendo que el día termina y el siguiente es una nueva lección.
Ser emprendedora es llorar sola, es soportar las criticas pidiendo que inicies por algo más pequeño, que no hagas tanto ruido o simplemente ¿para qué lo haces?
Ser emprendedora es tener sueños salvajes, porque con ideas simples no cambias nada y en el fondo, las emprendedoras queremos un lugar mejor. Reconozco a un alma como yo, a ellas, les llamo amigas y siempre, siempre, estaré para apoyarlas porque las quiero.
Sean felices.

Angie
DATO MORBOSO: El sábado 7 de mayo en el Auditorio del Museo Soumaya Plaza Carso a las 17 horas, celebraré 5 años de ser emprendedora y de editar Amigos la revista. Están invitados.

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P.D. Te doy permiso de observarme 366 días (es año bisiesto) en mi camino por ser emprendedora. Va la canción del post. ¡¡Los amo!!

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