Soy ambiciosa. Lo digo como una descripción sin rubor, sin sentir la necesidad de disculparme. Me gusta pensar a lo grande y eso no siempre es bien visto, aunque no lo digan, te aíslan, te excluyen. Te observan y se limita a observar para buscar una imperfección y enfatizarla, como si hacer visibles mis errores las hiciera menos mediocres.
Pero no me frustro por
pequeñeces ni ejercito mi sonrisa para agradar atrapada en la opinión de los
otros, ni me compro el papel de víctima para arruinar las cosas; reconozco antes
fui una constipada emocional que pretendió cumplir con la avalancha de mensajes
sobre la perfección y el orden, pero un día me cansé.
Soy una mujer libre y soñadora con sueños salvajes. Soy la que no espera, la se presenta sola, la que toca puertas, la que taclea por una entrevista, la que llama por una sede, la que no duerme sábados y domingos por un objetivo. La que vive día a día y se siente orgullosa de su biografía. La que se equivoca, la que triunfa, la que ama.
No
tengo tiempo para llorar por el desamor, ni por las huellas de abandono o por
suposiciones y menos para pensar en no herir egos anoréxicos. No tengo tiempo
para un nosotros frágil, ni para lazos lánguidos o torpes aunque
tenga que hacerlo sola.
Sí, el precio de ser
ambiciosa es alto, muy alto.
Podría
decir que ser ambiciosa se acompaña de soledad.
Porque
esperan que seas modosa, que esperes el momento para hablar, para levantarte de
la mesa, para dar tu opinión y yo, simplemente fluyo y dejo que las ideas
surjan sin anestesia, aunque duelan; porque tener pequeñas felicidades cuando
puedas aspirar a más, es mediocre, y no sé ser de otra forma.
Ser
emprendedora es estar sola muchas veces. Tener un grupo cerrado con el que
compartes los éxitos y las derrotas, sabiendo que el día termina y el siguiente
es una nueva lección.
Ser
emprendedora es llorar sola, es soportar las criticas pidiendo que inicies por
algo más pequeño, que no hagas tanto ruido o simplemente ¿para qué lo haces?
Ser
emprendedora es tener sueños salvajes, porque con ideas simples no cambias nada
y en el fondo, las emprendedoras queremos un lugar mejor. Reconozco a un alma
como yo, a ellas, les llamo amigas y siempre, siempre, estaré para apoyarlas
porque las quiero.
Sean
felices.
Angie
DATO MORBOSO: El sábado 7 de mayo en el Auditorio del Museo Soumaya Plaza Carso a las 17 horas, celebraré 5 años de ser emprendedora y de editar Amigos la revista. Están invitados.
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P.D.
Te doy permiso de observarme 366 días (es año bisiesto) en mi camino por ser
emprendedora. Va la canción del post. ¡¡Los amo!!
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